El Ford Mustang de 1965 es uno de esos clásicos americanos en el que todos hemos soñado alguna vez, de hecho, cada vez que hay una encuesta por parte de alguna revista o asociación de amigos de esta saga de modelos de Ford suele salir elegido como el más representativo e inmortal de todos ellos. Ahora, la marca del óvalo presenta un programa completo de partes originales para su restauración completa.
De hecho, Ford ha creado una carrocería completa –de la que puedes ver un vídeo más abajo- realizada en un acero de alta resistencia según los más modernos métodos de construcción y que puede ser montada sobre el chasis de los Mustang de la segunda mitad de 1964, 1965 y 1966. Esta nueva carrocería solamente se encuentra disponible a través del programa de accesorios originales de la marca de Detroit.
Gracias a este nuevo programa, puede llegar a construirse, prácticamente, un nuevo Ford Mustang Convertible a partir de la nueva carrocería, frenos, motor, suspensión y sistema eléctrico o proceder a una reconstrucción casi completa de uno de ellos. Pero lo mejor de todo es que los nuevos componentes igualan o mejoran la calidad de los originales de este modelo, que es el clásico más restaurado en EEUU.
El objetivo de la marca es, principalmente, mantener todo estos Ford vintage en el mejor estado de marcha posible, de manera que Ford Restoration Parts también se encarga de vender planos, dibujos y cualquier documento técnico original que pueda necesitarse para los trabajos de restauración o mantenimiento. Ojalá algunas marcas europeas tengan algún día tanto cuidado hacia sus fieles clientes clásicos.
Ford sirve puerta a puerta esta carrocería o cualquier otra parte en todo el territorio de EEUU. La ‘carcasa’ del Ford Mustang de 1965 incluye las puertas, la tapa del depósito, el radiador y está construida de un acero de mejor calidad que el original. Lo que no lleva es el capó, ni los paragolpes. Este componente se encuentra a un precio base de 15.000 dólares. Yo creo que te puedes comprar un modelo original casi por ese precio todavía.
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Dita von Teese muestra su colección de coches Vintage
Dita von Teese es mundialmente conocida por haber resucitado un género llamado Burlesque, que nadie se llame a error cuando encuentre en internet la definición “espectáculo teatral en el que la parodia juega la principal parte” porque aquí el contenido puede decirse que es algo más picantón. El caso es que esta señora, además de vivir en los sueños de muchos, se ha convertido en una celebridad a nivel mundial.
Pero lo que pocos sabíamos de Dita von Teese es que, además de coleccionar lencería, resulta que también tiene unos cuantos coches en su garaje, por supuesto, de la misma época en la que ella se inspira para su particular estilismo: los años 40 y 50. Desconozco si, en su época, Hedy Lamarr o Betie Page, las actrices del Siglo XX en los que Dita se inspira, condujeron un Packard Clipper de 1942, aunque lo dudo mucho. Hoy día ese coche vale unos 40.000 euros, pero en su época era como un Rolls-Royce.
El Ford Packard Clipper de 1942 Sedan es una de las joyas que Dita von Teese muestra a los reporteros de Forbes en el vídeo que podéis ver más abajo. Según reconoce la diva, lleva desde los 22 años coleccionando coches clásicos, especialmente la serie especial de lujo que Ford tenía en esas décadas, de los que tiene unos cuantos. Probablemente habrá empleado alguna vez en alguno de sus números o sesiones de fotos. Este detalle, no me caben dudas, hará subir su precio algún día
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Vía | Stylepantry
El Ford Fiesta cumple 35 años (I)
Hace un par de días, el 18 de octubre, el Ford Fiesta cumplió 35 años. Un hito que se corresponde con el inicio de su fabricación, en la planta española de Almussafes, que inició igualmente su producción ese mismo día. A principios de los 70, la demanda europea de automóviles de pequeño tamaño aumentó de forma considerable y los principales competidores de Ford lanzaron coches que demostraban el creciente interés por este segmento.
El fenómeno se acrecentó a finales de 1973, con la crisis energética que llegó a plantear problemas de suministro de petróleo. Así, Henry Ford II y su Comité de Dirección tomaron la decisión de iniciar el diseño y la fabricación de un coche que, con el tiempo, se convertiría en un auténtico vehículo de masas del que se han fabricado en todo el mundo más de 15 millones de unidades a través de seis generaciones.
El proyecto secreto del Fiesta se llamó Bobcat, curiosamente, coincidió con el que Chuck Jordan le puso a uno de sus famosos conceptos de los 60 para General Motors. Hoy todavía se siguen usando estas palabras en clave para los modelos en desarrollo dentro de Ford. El Fiesta es un Ford 100%, ya que se desarrolló enteramente entre Colonia (Alemania) y Dunton (Gran Bretaña), los dos centros de ingeniería de vehículos que Ford tenía en Europa por aquel entonces.
Sin embargo, la fabricación le correspondió a Almussafes en exclusiva para todo el mundo durante bastantes años. En 1975, durante el Salón de Detroit, Henry Ford II anunció el nuevo modelo y que este se llamaría Fiesta, una de las palabras más internacionales del idioma español y bien conocida en el resto del Viejo Continente. El éxito inmediato y global tapó un pequeño fracaso y es que este coche estaba, inicialmente, dirigido al público femenino.
Nunca antes Ford había entrado en este segmento y con el Fiesta lo hacía con un automóvil de tracción delantera, motor instalado en posición transversal, diseño de carrocería con un amplio portón trasero, así como unos niveles de calidad y fiabilidad mecánica desconocidos hasta ese momento entre los modelos más populares, potenciado por unas cualidades dinámicas hasta entonces exclusivas de los coches de categorías superiores.
La primera generación del Fiesta fue presentada en verano de 1976 y tenía tres versiones. El modelo básico inicial fue equipado con un motor de 957cc de 40/45 CV (versiones Normal y Lujo) con un precio particularmente competitivo. Una versión de 1.117cc y 53 CV, con acabados Sport y Ghia, se ofrecía como tope de gama siendo la primera vez que tal equipamiento de lujo aparecía en vehículos de esta clase.
El Ford Fiesta cumple 35 años (II)
Los primeros Ford Fiesta equipaban una caja de cambios de 4 velocidades, suspensión MacPherson, frenos de disco delante y dirección de cremallera, en una seña más de la tradición de Ford de incorporar componentes nuevos y mezclarlos con cierta lógica para obtener productos asequibles de una calidad más que aceptabe. Con un peso de sólo 700 kgs, el Fiesta de 1976 estaba entre los más ligeros de su clase, lo que lo hacía increíblemente manejable.
Además, algunos de sus avances eran pioneros, como la gran resistencia en caso de choque, mejorada gracias a la aplicación de los primeros programas de simulación por ordenador. La aerodinámica era también otra de las novedades aportadas por el Fiesta, a la que contribuía la ingeniosa parrilla frontal que funcionaba a modo de alerón. Todo ello hacía que el Fiesta consiguiera niveles de consumo llamativamente bajos para la época: 5,6 litros a los 100 kms a velocidad constante de 90 km/h y 7,9 litros en ciudad.
Características como el cristal laminado de seguridad, los cinturones de seguridad automáticos y el cristal térmico trasero eran de serie en esta primera generación, con opciones tan desconocidas en un coche pequeño como el techo solar extraíble de cristal transparente. El Fiesta fue un gran éxito en poco tiempo, de modo que la unidad 1 millón se produjo en Almussafes el 9 de enero de 1979 y lástima que no sigan saliendo de la planta valenciana.
A lo largo de 1977, primer año de presencia completa del Fiesta en el mercado, vio la luz la versión de 1.3 litros que, con 66 CV y acabados Sport y Ghia, añadió mayor dinamismo y prestaciones a un automóvil que ya gozaba de un claro reconocimiento popular. En aquellos primeros años surgieron nuevas versiones: GL (1979), S (1980) y Super Sport (1981), el primer Fiesta realmente deportivo que, con un motor de 1.6 litros y 83 CV, se convirtió en un objeto de deseo de la juventud española.
Fuente automocionblog.com
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